lunes, 31 de octubre de 2011

Medios y nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías están cambiando la forma de consumir información y, por tanto, el modelo tradicional de los medios escritos. Hoy, los periódicos se enfrentan a nuevos hábitos de consumo, pero también a nuevas fuentes de generación de contenidos que también buscan la atención del lector. En Estados Unidos, por ejemplo, el consumo de televisión y prensa online supera ya a los soportes tradicionales. En este contexto, la digitalización de la prensa escrita es un paso obligado para todos aquellos medios que quieran subsistir.  

Lo cierto es que, al margen de la tecnología, el periodismo está sumido en una crisis propia desde hace unos años, situación que se ha visto agravada por la actual coyuntura económica que ha supuesto una fuerte caída en los ingresos publicitarios. 


Esta crisis particular viene motivada, entre otras cosas, por la íntima relación que en muchos casos se produce entre los poderes (económicos, políticos...) y los medios, lo que ha derivado en una falta de credibilidad ante los lectores. A ello habría que añadir, en algunos casos, déficit en la formación y falta de vocación en los profesionales.

Y llegó la revolución tecnológica. Lo que en un principio podría parecer una salida a la crisis que venía arrastrando la prensa, presenta un problema añadido: el modelo de negocio. Los tres pilares necesarios para que un medio de comunicación tenga futuro son un público interesado, un contenido relevante para ese público y los ingresos. Pues bien, hoy por hoy, el tercer pilar se tambalea. En un entorno –internet- en el que se está poco acostumbrado a pagar resulta muy complicado el encontrar un modelo sostenible que permita realizar un periodismo de calidad. Se han dado algunos pasos (El Mundo con Orbyt, el New York Times por sus suscripciones de pago….), pero su rentabilidad aún está en duda. 


También es imprescindible evolucionar en el mundo de la publicidad. Los medios deben ser conscientes de que el modelo de papel no vale en la red (display). En este apartado es preciso innovar y apoyarse en las nuevas tecnologías que permiten, por un lado, un mayor desarrollo de la creatividad y, por otro, un gran número de herramientas para acercar a los usuarios los productos o servicios que realmente le interesan.

Ahora bien, desde el ámbito exclusivamente profesional, y pese a este panorama repleto de incertidumbres, el periodismo se enfrenta a un momento apasionante. Nunca el periodista ha tenido tantas herramientas a su disposición para elaborar y dar a conocer su trabajo. En muchos casos, sin necesidad de la participación de otros profesionales (maquetadores, diseñadores, impresores, repartidos…), el propio periodista puede recorrer todo el proceso de creación y difusión de un texto informativo enriquecido con elementos que ayuden a su comprensión y contextualización (hipervínculos, videos, fotografías, gráficos…).


Pese este momento apasionante no lo es sólo por las posibilidades que abren las herramientas de edición. Al igual que ocurriese en su tiempo con el nacimiento del Nuevo Periodismo, la prensa debe re orientarse teniendo muy presente que noticia es aquello que interesa a sus lectores. Debemos poner de nuevo al lector en el centro de nuestro trabajo.

Sin embargo, el nuevo entorno también tiene sus inconvenientes: el profesional de la comunicación no debe supeditar los principios que sustentan el periodismo (veracidad, comprobación de las fuentes….) por la inmediatez que imponen muchos de los nuevos medios. Y precisamente aquí reside el valor añadido que el periodista puede dar a la información, diferenciándose así de otras fuentes que tratan de competir en la difusión de noticias. 

Lo que sí es una evidencia es que la prensa online no es el futuro, es ya el presente. El reto está en encontrar un modelo de negocio que sustente una prensa de calidad que lleve la información a todos los soportes (ordenador, smartphones, tabletas…).